Artículo de Gadea Gutiérrez Díez, Técnica de la Delegación de InteRed Madrid

Este curso 24-25 desde InteRed nos hemos lanzado a los espacios educativos de Madrid con el propósito de “cuidar la vida”. El enunciado es contundente sin duda, pero quizás algo abstracto y lejano para muchas personas, ¿qué es cuidar?, ¿cómo y quiénes lo hacen?, ¿a qué “vidas” hacemos referencia?, ¿cómo se pone en práctica “cuidar la vida”?

Reflexionando sobre estas preguntas hemos compartido diversas sesiones formativas con centros educativos formales y no formales especialmente de los distritos de Carabanchel y Villa de Vallecas, enmarcadas en el proyecto: “Jóvenes que cuidan la vida: Por una juventud madrileña crítica, comprometida y movilizada en la construcción de sociedades justas, solidarias y medioambientalmente sostenibles”, financiado por el Ayuntamiento de Madrid.

Para responder a las preguntas iniciales hemos estado trabajando a través de metodologías socioafectivas, los conceptos de inter y ecodependencia. La interdependencia hace referencia a que somos seres sociales, que nos necesitamos para sobrevivir y dependemos de cuidarnos. También somos seres ecodependientes, necesitamos de la naturaleza, respiramos, nos alimentamos, existimos gracias a ella. Estos conceptos, que pueden resultar complejos y abstractos, los hemos trabajado a través de preguntarnos ¿qué necesitamos?

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Tras respondernos con muchos ejemplos en aula y con educadoras/es y profesorado, vamos un poco más allá, ¿cómo cubrimos esas necesidades? Las respuestas a esta cuestión siempre acaban llevándonos a “gracias a otras personas y a la naturaleza”. En algún lugar y por alguien, se cultiva y procesa lo que comemos; alguien diseña y conduce el transporte que nos desplaza, cuya materia prima se extrae de la Tierra; alguien nos pregunta “qué tal” y nos sostiene cuando no podemos hacerlo solas; alguien nos cría y nos educa; etc. Nuestras dependencias son símbolo de nuestra humanidad y reconocerlo es necesario para valorarlo y cuidarlo, defenderlo.

Pensar sobre lo que necesitamos nos ha obligado a preguntarnos sobre lo que consumimos y cómo lo hacemos, sobre si nos es fácil diferenciar entre querer y necesitar en nuestro momento social. Se ha hecho evidente una perspectiva crítica sobre la sociedad de consumo, sobre el extractivismo de saberes, recursos y personas… que hace el Norte Global de los territorios del Sur Global. Cuidar la vida no es simplemente sostener las vidas de aquellas a las que quieres, sino la de un mundo global en el que territorios y poblaciones deben ser cuidados y sostenidos.

Con todo esto en mente toca ponerlo en práctica. En esta parte del proceso se ha aplicado la metodología de Aprendizaje Servicio, que nos facilita hacer un primer análisis del espacio de acción, de potencial impacto de las y los jóvenes. Nos hemos centrado en los propios centros educativos y en algunos de los recursos barriales como centros de mayores y Espacios de Igualdad.

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En los centros de mayores de sus barrios, las/os jóvenes han podido compartir con sus vecinas/os sus saberes y preocupaciones sobre problemáticas como la deforestación, la necesidad de cuidados al envejecer, las macrogranjas, las migraciones climáticas o los basureros textiles. Todas ellas temáticas de mucha profundidad que nos hacen preguntarnos cómo nuestros modos de vida afectan al entorno y a otras poblaciones.

El alumnado no solo ha aportado conocimientos y experiencias, también ha recibido saberes. Han acompañado a las/os mayores en sus clases de movilidad y han bailado juntas/os, han preguntado sobre sus opiniones, pasados y valores. Han desarrollado la paciencia y la escucha, como habilidades esenciales en la construcción de sociedades más justas, equitativas y medioambientalmente sostenibles.

Otros grupos han aprendido a coser y remendar de la mano de mujeres que llevan practicando la circularidad de la ropa toda una vida. En estos espacios intergeneracionales han problematizado el consumo de fast-fashion y sus consecuencias socioambientales, y revalorizado el diseño y confección de tus propias prendas y de las de tus amistades y familiares. Cuidar la vida es remendar; es no consumir prendas fabricadas por personas sin derechos laborales dignos; es saber mirar las etiquetas y saber de dónde viene el poliéster y el algodón que llevan y decidir si comprar o no; es tejer algo para alguien que quieres. Resulta que “cuidar la vida” es un mandato más cercano y materializable de lo que podíamos pensar.

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Estos son solo algunos ejemplos, ya que también nos hemos vinculado con los Espacios de Igualdad, o con asociaciones vecinales como la “Mesa del árbol” de Carabanchel. Poco a poco, plantando árboles y hablando con nuestras vecinas/os mayores, hemos ido aprendiendo a cuidar la vida.

Proyecto financiado por Ayuntamiento de Madrid, convocatoria EpDCG 2024: Jóvenes que cuidan la vida: Por una juventud madrileña crítica, comprometida y movilizada en la construcción de sociedades justas, solidarias y medioambientalmente sostenibles.