Por María Cobos. Responsable de Comunicación de InteRed

La educación en Derechos Humanos es necesaria para fomentar una ciudadanía crítica y participativa en todas las sociedades. A través de esta educación y formación, las personas adquieren conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para comprender, respetar y promover los Derechos Humanos tanto individuales, como colectivos; así como, identificar y combatir cuando se produzcan violaciones a derechos fundamentales como son el derecho a la vida, la igualdad, la educación, la no discriminación, entre otros.

Una ciudadanía crítica implica que las personas no nos conformemos con lo establecido, sino que seamos capaces de analizar y cuestionar la realidad que nos rodea. Es crucial que la ciudadanía estemos informadas acerca de nuestros derechos y los de los demás, de manera que podamos reconocer cuando estos son vulnerados y tomar acciones para protegerlos.

El respeto y la protección de los Derechos Humanos (DDHH) son pilares fundamentales de las sociedades democráticas y justas, sin embargo, en muchos lugares del mundo existen graves violaciones a estos derechos que requieren de la labor de personas comprometidas en su defensa. Es en este contexto donde surge el derecho a defender los DDHH, clave para garantizar la justicia y que todas las personas puedan vivir una vida digna sin distinción de raza, sexo, idioma, religión, etc.

En los últimos años el contexto internacional ha sufrido profundos cambios: guerra de Rusia con Ucrania, conflicto palestino israelí, guerra en Siria, conflictos olvidados como en Yemen, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Libia, Myanmar… con ataques indiscriminados a población civil, represión política y persecución a partidos elegidos en las urnas en Guatemala, violencia y discriminación contra personas LGTBI+, tráfico y explotación de personas, represión a la libertad de expresión y prensa, discriminación racial y étnica, violencias machistas contra mujeres y niñas, explotación infantil, desplazamientos forzados de comunidades indígenas y negación de sus derechos al territorio, denegación de acceso a alimentos y agua potable, etc. Todo ello nos ha traído millones de personas vulneradas en sus derechos, el recrudecimiento de las desigualdades sociales, dando lugar a violencias, incluida el asesinato, racismo, discriminaciones de todo tipo, pobreza extrema, xenofobia… haciendo patente la necesidad de una educación en DDHH y democracia.

InteRed promueve talleres y actividades que fomentan la conciencia de los DDHH, especialmente en Perú, Guatemala y México con formaciones a defensoras de DDHH bien sea para la defensa de su territorio como pueblo indígena, de la contaminación de sus tierras y aguas por las industrias extractivas; también de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencias; del ejercicio de la política libre de acoso, etc; y formaciones a las personas responsables de velar por esos derechos como son autoridades y personal funcionario que debe respetar con diligencia esos derechos vulnerados y que muchas veces no cuentan con conocimientos, habilidades, actitudes necesarias para gestionar las políticas públicas y/o articulación público -privada que garanticen los derechos.

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Las defensoras de DDHH sufren vulneraciones y/o situaciones de indefensión por ejercer su derecho a defender Derechos Humanos. El Relator Especial para los Derechos de personas defensoras de DDHH de la ONU, Michel Forst, tras su visita a Perú (enero, 2020) señaló en su informe que “las mujeres defensoras desempeñan un papel fundamental en la promoción de los derechos humanos, trátese de los derechos de las mujeres en particular o de los derechos humanos de sus comunidades. No obstante, las mujeres se enfrentan a muchas amenazas, tanto por su activismo como por su identidad de género. Desde hace algunos años, las defensoras y sus organizaciones son, cada vez más, objeto de estigmatización, intimidación y criminalización. Las indígenas y las mujeres de zonas rurales que defienden los derechos humanos conforman algunos de los grupos que mayores riesgos corren”.

Es por ello clave contribuir al empoderamiento de las mujeres para que ejerzan liderazgos transformadores para acabar con las múltiples vulneraciones de los DDHH, ello implica una reflexión crítica que les permita identificar experiencias y situaciones que vulneren sus derechos a través de talleres formativos y, por otro lado, la acción articulada y organizada de su quehacer en defensa de los DDHH, lo que supone también, el fortalecimiento de sus capacidades para el conocimiento de la normatividad que protege sus derechos, su acceso a la justicia, su seguridad y la protección de su vida.

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